jueves, 15 de diciembre de 2016

MI REGALO








Hace ya algunos años me tocó presentar a la otra parte de este blog que en breve cumplirá un año. Quizás no hayamos sido los más constantes o serios con el desarrollo de este proyecto, pero las cosas que se hacen con gusto y para disfrutarlas no necesitan de tanto calendario y organización. Y así es nuestra amistad, algo desordenada y hecha de trazos de improvisación, y como dije en aquella ocasión tan importante, en la vida nos cruzamos y hasta nos chocamos.
He podido releer ese texto y creo que ahora, un tiempo después, no cabría hacer muchas aportaciones, no porque haya poco que decir sobre él, ni porque ya se dijera todo en aquella ocasión; simplemente porque hay situaciones y momentos que no se describen, y si lo hacen siempre se queda algo sin detallar.
Cómo se explica cuando miras a alguien y te ríes y el otro te comprende. Cómo hacemos para expresar que no siempre necesitamos de miles encuentros o mensajes constantes, sino que la confianza de que el otro está ahí para ti es más que suficiente.
Cuando tomarse una caña, café y copa es solo un accesorio para compartir la vida, la tuya, la mía, y la que es nuestra. Cuando celebrar tus triunfos los convierte un poquito en míos, cuando los que yo consigo se hacen más grandes y mejores si  puedo celebrarlos contigo.
Será que hoy, desde la distancia, esa aliada nuestra que ha hecho madurar nuestra amistad, festejo tu cumpleaños. Que este año nos faltará ese amigo que no es tan invisible, que la mañana de Noche Vieja será un poco más triste, que las confidencias, deseos y sueños tendrán que esperar a que volvamos a encontrarnos. Que  desearte lo mejor podrá parecer solamente una anécdota cuando ya sabes que no cabría esperar otra cosa.
Que cumplas muchos más, porque recién esto comienza. Que no se si lo mejor está por venir, pero que lo bueno ya lo hemos probado y ojala que se repita entre el cielo y la tierra, siempre, o al menos, todavía. 

                                                                                                        Palmira Blanco

miércoles, 19 de octubre de 2016

CON SENTIDO



En ocasiones nos paramos a plantearnos el sentido de las cosas que nos rodean y observamos nuestro mundo como un carrusel vertiginoso donde, por muchas vueltas que demos, no encontramos la salida al espiral de sensaciones que nos puede llegar a causar. Vivimos en una realidad “sobreinformada” donde nos deja atónitos situaciones y noticias que parecen ser extraídas de las mentes más locas que pueblan nuestro curioso mundo. Y en esta vorágine quizás lo más sensato sería detenerse a mirarnos un poco dentro de sí y escaparnos de esa borrachera exterior que nos aleja en demasiadas ocasiones de aquello que realmente puede ser lo más importante. ¿Pero quién hace este gesto? ¿Acaso no nos puede aterrar aquello que nos llega desde lo más íntimo de nosotros? ¿Somos realmente valientes para saber atendernos y oír con detenimiento lo que nuestra propia conciencia nos dicta?
En nuestro día a día, con las preocupaciones personales, las ocupaciones laborales o familiares, las distracciones de ocio y tantos estímulos externos a los que estamos sometidos en la rutina diaria, es complicado detenernos aunque sea unos solos minutos a escucharnos y cuestionarnos si realmente llevamos la vida que deseamos.
Mientras tanto, seguimos aferrándonos en creencias muchas veces contradictorias, en batallas sociales absurdas que giran entre políticas sin sentido y medidas que siguen ahogando a los que tienen el agua hasta el cuello; riéndonos de lo que no debemos, no sabiendo aceptar las críticas ni saber disfrutar de amigos y familia. Seguimos discutiendo acaloradamente por colores, partidos y equipos, negando evidencias y mostrándonos como simples siluetas que desean aparentar más que sentir y ser.
Mientras tanto nuestra vida sigue perdiendo sentido hasta tal punto de querer esconderlo en un lugar recóndito entre el cielo y la tierra. Un sentido que no sabemos o no queremos encontrar...

Juan Ruiz

viernes, 2 de septiembre de 2016

GUÍA PARA REALIZAR UNA MUNDANZA



A pesar de haber realizado varias mundanzas a lo largo de mi vida, es cierto que cada una de desarrolla de una forma. Sin embargo existen cuestiones comunes que se deben de tener en cuenta:

1. Conocer el momento apropiado. No siempre es la mejor ocasión para ponerlo todo patas arriba; quizás existan cisrcunstancias que te hagan creer que sí, pero no te confundas ni te dejes engañar por arrebatos que te hagan creer que estás preparado para algo así, no es cierto. Preparase para ello implica conocer y reconocer los motivos.

2. Elige bien a aquellos que te van a ayudar. Escoge preferiblemente a quienes, por una u otra razón, sepan de mudanzas. Ellos te ayudarán a poner orden en medio del caos, te indicarán las mejores formas de empaquetar y te invitarán a parar cuando sea necesario tomarse un descanso.

3. No abras todos los cajones a la vez. Si algo hay necesario en toda mudanza es saber que hay que ordenar para irse. Organizarlo todo será mejor si se hace desde la serenidad y no rodeado de todo aquello que has ido acumulando. No tengas miedo a desmoronarte al encontrar ciertas cosas, aquellos que te están ayudando estarán ahí para echarte una mano, o las dos.

4. Pon nombre a cada cosa. Te ayudará a ubicarte y a saber en qué montón lo vas a colocar. Existirán cosas que sean indispensables para tu nueva vida, esas sin las que no te entiendes ni te identificas. Las hay que son complementarias pero no necesarias, podrán incluso llegar a ser prescindibles; son esas cosas que no te ayudan a taparte frente al frío, sino a esconderte de tanto a lo que la vida te está invitando. Y finalmente está lo que ya no hace falta. Eso de lo que hay que desprenderse, de lo que ya no cabe en ninguna caja porque hay que dejar espacio para lo nuevo. Puede que sea complicado, pero dará mucha agilidad a tus movimientos y quitará mucho peso en el transporte.

Una vez que hayas tenido en cuenta estas pautas sabrás que, a pesar de los miedos y las incertidumbres que siempre han de rodearte, estarás preparado para embarcarte en todo lo que puedes llegar a ser y hacer entre el cielo y la tierra.

Palmira Blanco

martes, 2 de agosto de 2016

BUENA RACHA





¿Cuándo comenzó todo a ir mejor? Posiblemente en aquellas ocasiones en las que nos juntamos y arreglamos el mundo en la barra del bar, o cuando se confunde el nombre del dueño por alguien a quien ni conocemos. Quizás cuando no teníamos dinero y no se podía pagar con tarjeta, o aquella vez que casi pierdo el tren cuando a la orilla del mar nos contábamos que nuestra vida comenzaba a desagradarnos un poco.

Es lo que tienen las buenas rachas, que nunca se sabe en que momento todo empieza a mejorar. Da hasta un pelín de miedo decirlo en voz alta, como si de un secreto se tratase; como si no quisiéramos compartirlo con nadie por miedo a que todos se enteren y entonces se estropee. Pero eso también es propio de las cosas buenas, que se notan enseguida en la cara, en las ganas, en la vida, en la tuya y en la mía, y entonces no queda otra que gritarlo, porque señores, estamos en racha, y de las buenas.

Un año que acabó con un proyecto con escasos objetivos pero con muchas ganas de disfrutarlo; que siguió con horas de estudio por un lado y con búsqueda e incertidumbre por otro. Y como casi todos los planes importantes y geniales salen mejor cuando menos los preparas, aquí estamos festejando que nos va bien, muy bien. Que los sueños de vez en cuando se cumplen, que al destino se le antoja alguna vez darnos la razón y ala, a disfrutarlo.

Y es que, por desgracia, estamos tan acostumbrados a continuos golpes y sinsabores, que cuando nos llega esa buena racha la sonrisa ilumina nuestra alma pero le cuesta expresar el grito de alegría. 

Hoy queremos compartir con vosotros nuestra sonrisa, la interior pero también la de fuera; gritando a los cuatro vientos que la felicidad a veces se presenta en pequeños detalles pero ¡qué bien sabe!; queriendo haceros partícipes que la alegría ajena también es motivo de la nuestra; surcando nuevos proyectos, contagiando nuevas ilusiones… 

La buena racha seguirá siempre que exista un sueño que perseguir, un beso por dar y un café que compartir… Porque al alcanzar esa meta, sentir ese beso y saborear ese café, estaremos despertando una vez más la sonrisa del alma.

Y seguiremos arreglando el mundo en la barra de un bar, equivocándonos de nombre, no pudiendo pagar, dejando casi escapar ese dichoso tren, siendo tan desastres como siempre. Pero seguiremos celebrando lo mucho que nos alegramos cuando todo en algún lugar entre el cielo y la tierra vuelve a estar en buena racha. 

jueves, 2 de junio de 2016

APRENDIENDO A SER



Hace dos años en mi trabajo me ofrecieron la oportunidad de contar con un alumno en prácticas. Al principio no lo tuve muy claro, para qué engañarnos, no voy a ir de generosa ni desprendida a estas alturas. Pero una compañera me animó y ya han sido tres los estudiantes que he podido conocer.

La experiencia no ha podido ser mejor, volver a acercarme a la universidad a través de sus impresiones  y poder mirar mi trabajo con las inquietudes y las ganas que ellos renuevan cada día.

También he recordado las ganas de terminar la carrera y comenzar a afrontar el mundo, ese que parece que es más “real” porque ya nada dependerá de aprender a citar como papagayos leyes, normas, o reflexiones ajenas.  Donde crees que tus capacidades serán más que suficientes para desempeñar cualquier tarea concreta que se te encomiende. Que atrevida fue siempre la ignorancia.

Con el paso de los años, y cuando me he acercado a mis apuntes o a los libros que compré durante mi época de estudiante, he podido comprobar cómo cambia la realidad dependiendo del lugar desde el que se mira. He releído algunos artículos que pretendía despertar una actitud crítica, comprobando cómo el conocimiento de la historia te hace saber de donde venimos para intentar vislumbrar hacia dónde vamos,  y para soñar hasta donde deseamos llegar. El lenguaje, que evidencia cuando tu discurso es propio de saber de lo que hablas, y no mera palabrería que adorna cualquier contenido vacío. Y sonríes al descubrir cómo existían algunas asignaturas cuyos profesores no intentaban educar en el dominio de alguna competencia laboral, sino que intentaban transformar todas nuestras utopías en esa capacidad que permitiese distinguir y apreciar las mejores opciones. Optar por aquello que nos ayudaría a convivir y luchar por la justicia, a edificar una vida comunitaria donde se potencie la participación plena de sus ciudadanos, de todos y cada uno de ellos, donde cada paso andado fuera el principio del cambio. Desarrollar la capacidad de elegir hacia dónde orientar la vida, buscando y dialogando entre quien eres y quien pretendes ser.  Y deseando encontrar eso que te hace crecer y desplegarte, y donde si además ayudas a crecer a otros, entonces ya te puedes dar por vivido.

Por todo ello, reconociendo que no hay metodologías que ayuden a contagiar a todo aquel que te rodea la satisfacción de todo lo buscado y hallado y sabiéndome afortunada por recordarme lo maravilloso de la inquietud y del hambre del querer saber hacer, espero al menos que hayan aprendido que lo mejor es seguir siendo soñadores despiertos, donde el inconformismo se transforme en semilla de vida para muchos.

 

domingo, 22 de mayo de 2016

INTENCIÓN DE VOTO



Imagino que cuando te preguntan a quien piensas votar no debes estar muy seguro de que tu respuesta sea la mejor , la más adecuada o las más acertada, como si de un examen se tratase. Y digo esto porque nadie debe ser muy sincero en las encuestas cuando los resultados de las mismas distan tanto de la realidad.  Ahí tenemos a Rivera e Iglesias, donde los resultados los dejaron a cientos de votos de la intención manifiesta, saliendo unos perdiendo frente a la victoria de otros.

Y lo mismo ocurre en las relaciones personales; mientras hay personas que “caen bien” de una manera pública, los hay con los que prefieres no relacionarte para no terminar siendo un paria. Sin embargo, cuando llega el momento de los votos y de la posición en la que cada uno se coloca, ahí, en la intimidad del cubículo, uno se decide a ser honesto. Esta semana pude escuchar una frase que señalaba una cuestión que no siempre parece una evidencia “la opinión que pensamos que los demás tienen de nosotros, no siempre es muy acertada” Y que gran verdad.

Si pudiéramos conocer la opinión que los demás tienen de nosotros no saldríamos de nuestro asombro en algunos casos. Quizás porque lo políticamente correcto nunca pasará de moda, porque preferimos decirle a los demás lo que desean escuchar, o porque para manejar un conflicto uno debe ser tan hábil como si intentases que las pelotas no se cayeran de tus manos. Y cuando una pelota cae, cuando las preferencias ya no lo son tanto, los deseos no son cumplidos, y cuando alguien decide ser quien realmente es, entonces es cuando uno se acerca a conocer que se dice cuando nadie escucha.

Y pasará la tormenta, volverán las sonrisas de pega, y los aquí no pasa nada, lo feliz que soy y lo bien que me has caído siempre. Pondremos de nuevo las pelotas en juego y haré publica nuevamente mi intención de voto. Los resultados manifestarán cada mentira, pero oye, pregúntale a los demás, porque yo siempre fui muy sincero

jueves, 12 de mayo de 2016

INOCENCIA


En esta ocasión quiero compartir con vosotros un microrrelato que ya publiqué en mi anterior blog hace unos años. A esta historia le tengo un especial cariño que, sin duda, la hace mágica. Espero que os guste....

Juan Ruiz

 

Se quedó perplejo al ver este inmaculado lugar. Por sus mejillas morenas corrieron entonces inocentes lágrimas. Se dió cuenta donde estaba, sin que nadie le explicara nada. Quisieron darle la bienvenida con un hermoso cántico, pero cerró los ojos y echó a correr sin rumbo cierto.
Nunca pensó que fuese tan triste estar en el cielo...

martes, 26 de abril de 2016

DE LO QUE UN DÍA YO ESCRIBÍ



A lo largo de la semana pasada, varias fueron las actividades que se fueron desarrollando en torno al Día del Libro, que tendría su celebración el sábado 23 de abril.
Yo sigo siendo fiel al libro de papel, con pastas duras, o de bolsillo. Comprarlo, abrirlo y notar ese “olor a nuevo”. Es una alegría comprobar cómo muchos siguen optando a este tipo frente al e-book, y ojo, que yo no tengo nada en contra de las nuevas tecnologías, pero como que no es lo mismo.
Soy bastante asidua a la lectura, de casi todo tipo, y digo de casi porque en la parte que no quedan las trilogías llevadas al cine o a la televisión y los libros de autoayuda. Más que nada porque ayudar, ayudan poco.
De todo lo que he leído, además de aprender cosas de las que no sabía, y saber sobre qué cosas no me apetece nada aprender, he comprobado cómo muchos saben poner en palabras miles de emociones por las que todos hemos pasado alguna vez.  Cómo sonríes cuando asientes con la cabeza y vas diciendo “verdad, verdad, cuánta razón…” Y cuando descubres esas letras que te hubiera encantado que alguna vez alguien te hubiera dedicado, o simplemente asumes que esas cosas también las has despertado tú en alguien. Porque si descubrir que algo se mueve por dentro con tus miles de historias es estimulador, cuando sientes que tú eres el motivo de ese movimiento en los relatos de otros, asumes que de eso también va la felicidad.
Y eso me ocurre con el poema de Goytisolo “Palabras para Julia”. No soy yo, pero saber que hay quien nos ha pensado así, es una sensación para la que no se han establecido adjetivo alguno. Os lo regalo para que vayáis asintiendo con la cabeza.

"Tú no puedes volver atrás

porque la vida ya te empuja

como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir

con la alegría de los hombres

que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada

te sentirás perdida o sola

tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán

que la vida no tiene objeto

que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás

como a pesar de los pesares

tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer

así tomados, de uno en uno

son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti

cuando te escribo estas palabras

pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás

tu futuro es tu propia vida

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas

que les ayude tu alegría

tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti

como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes

junto al camino, nunca digas

no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás

como a pesar de los pesares

tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección

y este mundo tal como es

será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte

nada más pero tú comprende

que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso."

jueves, 14 de abril de 2016

COMO UN MUEBLE DE IKEA....


¿No os ha pasado alguna vez que tienes que comprar un mueble, decides ir al Ikea, allí se ve todo maravilloso y, después de sufrir una odisea para montarlo, el resultado es desastroso? Pues algo así está la situación política española...

Por obligación, porque ya no quedaba más remedio, con los mantecados en la boca, los villancicos de fondo y con una legislatura más que agotada, tuvimos que ir a votar como aquel que va a esa conocida gran tienda sueca de muebles y decoración a la desesperada porque necesita un nuevo mueble para su casa, bien porque el anterior ya no dio más de sí, bien porque el nuevo testero tras la reforma se ha quedado vacío.
A pesar de la pereza inicial de recorrer todo ese laberinto repleto de estímulos donde todo parece genial y necesario para mi vida, después de intentar convencernos con promesas vacías de contenido (como los propios cajones de los muebles de exposición) y de vendernos humo y otra realidad, al final uno se ilusiona porque por fin ha visto el mueble que necesita, escuché aquella promesa que me pareció sensata...

Y así, después de pensármelo un buen rato, cogí mi caja repleta de piezas sueltas y motivado por la nueva elección me dirigí a casa para, como un buen manitas, montar a la perfección mi nueva compra.

Pero las cosas no son como parecían en ese tumulto de salones, comedores, cocinas, baños y terrazas. Ya en casa, a solas, las voces de promesas y la propaganda iban perdiendo fuerza. Ahora sólo permanecíamos esa caja de piezas para armar, un triste folleto con graciosas ilustraciones como si fuese diseñado por niños de 3 años y yo...

Manos a la obra: estaba todo por construir. La nueva realidad me hizo ver que quizás no era fácil, pero ganas no me faltaban. Demasiadas piezas para encajarlas sin que ninguna me faltase ni sobrase teniendo en cuenta que los tornillos y ajustables estaban más que contados.

A veces por mucho que nos afanemos, el resultado previsto no llega. Los monigotes de los folletos de instrucciones son puro “postureo” de cómo hacer las cosas, de intentos de acuerdos para un mueble que no llega a formarse del todo y sin una herramientas útiles para su construcción. Así, después de mucho intentarlo y sabiendo de antemano que, aún quedando a la perfección, este mueble no era de muy buena calidad y podría durarme poco, decido darme por vencido a la espera de que algún amigo o conocido puedan ayudarme. Estoy seguro que unos lo intentarán hasta la saciedad creyendo encajar esas pieza imposibles; otros presumirán que todo es más fácil de lo que parece pero ni siquiera se pringarán las manos; otros en cambio, permanecerán inmóviles y apáticos porque “eso de montar muebles” no es lo suyo... 
 

Y mientras lo montamos o no, el tiempo sigue y el testero permanece vacío, los papeles (de Panamá o de Soria) continúan amontonándose en el viejo mueble anticuado; a la casa le hace falta una limpieza general a la espera de terminar con el bricolaje y las ganas de ir de nuevo al Ikea o a cualquier sitio entre el cielo y la tierra (para devolverlo o elegir uno nuevo) ya son totalmente nulas...

Juan Ruiz

miércoles, 30 de marzo de 2016

LO ESTAMOS HACIENDO POR TU BIEN





¿Os han soltado alguna vez esta frase? Cuando eres pequeña y te lo dicen tus padres no terminas de entenderlo, imagínate cuando lo hacen ya pasando la treintena.

Lo estamos haciendo por tu bien… perdona? De qué bien estamos hablando? De ese que se decide sin contar con tu opinión, ese bien que se define en torno a la valoración ajena? Ese bien que te resulta más cómodo a ti de lo que lo será alguna vez para mí?

Porque ahí está clave, en la comodidad. En que yo decido desde mi posición y mi bienestar, que es lo mejor para ti, porque además estoy seguro de ello. Que miedo dan esas seguridades sobre las vidas ajenas, y que mal intencionadas resultan la mayoría de las veces…

Y eso es lo que ocurre en los últimos meses en nuestro entorno cercano y lejano. Resulta de lo más curioso cómo los políticos se lanzan a repetir frases del tipo “los españoles necesitan…” “mis votantes lo que quieren…” “los demócratas desean…” Y digo yo, desde mi particular lugar en el mundo, cuando voté lo que quería es que ganase el partido al que votaba, no que hiciera y deshiciera, llamara o pactara a su antojo respaldándose en mi voto.

Y si miramos hacia las fronteras… qué difícil es mirar hacia ese lado de la valla, del muro, de las rejas… impedimentos para continuar hay muchos, elijan el que quieran. “El problema habría que atajarlo en su país de origen…” “acogerlos aquí no es la solución…” Pero ojo! todo por su bien.

Y mientras pagamos a carceleros para que retengan los deseos de vivir de miles de personas, nos rasgamos las vestiduras ante las muertes europeas. Y si ya analizamos la importancia de una vida frente a otra, pues cierra que por hoy hemos acabado.

Pues todas esas cosas que se hacen por tu bien y por el del otro, y pensando en lo que quieres y necesitas, suelen ser excusas de personas llenas de nada para apropiarse de todo, hasta de tu decisión.

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, si alguna vez no has decidido por otro por su bien, sin ni siquiera pedirle opinión. Estamos llenos de indecisiones, de errores y meteduras de pata, pero todas ellas te ayudan a reorientar el camino. No nos quitemos la oportunidad de equivocarnos, ni le robemos al otro la capacidad de decidir qué es lo mejor, aunque resulte ser un desastre.

No permitas que tu caminar entre el cielo y la tierra se llene de disposiciones ajenas.

martes, 15 de marzo de 2016

REALIDAD DESDIBUJADA







Bailaba el alma mía con ninfas desdibujadas cerca de un mar de plata que abandonaba a jirones su antigua brillantez. La diosa Inspiración se presentaba macabra para arrebatar los dulces sueños que todos desamos tener alguna vez y los temblores de conciencia nos despertaban en el silencio imposible de la noche.
A veces la vida no se corresponde con la realidad y pretendemos vivir en un palacio de cristal tan frágil que se desmorona con la fuerza débil de un simple suspiro. Mientras tanto, otros siguen intenando vendernos hechos y datos, buscando su propio interés, y creando una efímera realidad. Nosotros, aturdidos, cerramos tantas veces los ojos como si así pudieramos cerrar nuestra mente, ese motor de nuestras acciones que seguimos insistiendo en desvincular de los latidos de nuestro corazón.
Y la realidad se despertó en llantos entre fronteras, con sones de hinmos absurdos abanderados de colores sin patria; en rostros desdibujados como mis compañeras de baile; en inocentes criaturas que no saben adónde ir.
Y la realidad recorrió desiertos de basura de desarrollados paises; respiró gases de tóxicos perfumes; anduvo en bosques helados de naturaleza y nadó entre mares y océanos contaminados de cuerpos putrefactos.
Y la realidad punzó miradas, descalzó pies, quebrantó anhelos, arrancó gritos desesperanzados, formó miserables ejércitos e hizo llorar...

Y entre lágrimas, en la penumbra de las horas del amanecer, desperté de mi pesadilla y queriendo abrir los ojos, fui volviendo a la vana consciencia de esta vana realidad. 
La televisión, que había peramanecido encendida toda la noche, retransmitía un famoso reality la ciudad volvía a despertarse entre despertadores de sueños, de esos sueños hermosos que todos deseamos tener. Y en algún lugar no sé donde, entre el cielo y la tierra, seguía sonando una bella canción que me invitaba a seguir bailando con la más hermosa realidad. 

Juan Ruiz

martes, 8 de marzo de 2016

SOBRE IGUALDAD DE GÉNERO...




No sé si alguna vez habéis visto la seria “El ministerio del tiempo” pero me gustó el capitulo en el que Cervantes pudo comprobar cómo El Quijote se había convertido en un referente literario  y traducido a todos los idioma posibles para facilitar su lectura. Solo había que ver la cara de Pere Ponce, actor que interpretó a D. Miguel, para imaginarnos como debe sentirse alguien cuando descubre siglos después cómo su obra sigue manteniéndote vivo de alguna manera.

Y viendo esto me dio por pensar en la cara que pondría Clara Zetkin, mujer que propuso la celebración del día de la mujer, si hoy despertara y viera algunas de las reivindicaciones que se realizan en nombre de la igualdad. Lo de la paridad de los semáforos lo podríamos dejar para el final si queremos que la buena señora nos dure resucitada al menos 10 minutos, y si ya hablamos de lo de desnudarse o sacar en procesión los genitales femeninos…

A lo largo de los años se han promovido avances importantes, aunque no definitivos.  No vivimos en la panacea de la igualdad, ni hay que echar demasiado la vista atrás para recordar que mi propia madre no tenía derecho a tener una cuenta bancaria propia. Igualmente, hoy por hoy, hechos tan normalizados como ser madre, siguen siendo temas que más de una decide retrasar por el tema laboral.

Cada día, a través de mi trabajo compruebo cómo la pobreza sigue teniendo en la mayoría de las ocasiones nombre de mujer. Viendo las noticias encuentro que por no ser hombre hay quien debe andar un paso por detrás. Cómo los esfuerzos por la educación, la sanidad y el reconocimiento laboral son aún más privilegios que derechos asumidos en muchas partes de este mundo nuestro.

Pero también veo que son muchas las que no se conforman ni se resignan a la “mala suerte”. Quienes pagan con su propia vida los avances para otras, quienes siembran sabiendo que serán otros los que recojan. Y escribo otros porque esto de la igualdad no debe ser cosa de género. La igualdad pasa por el reconocimiento de la diferencia que enriquece, por asumir que las capacidades y habilidades no vienen con el pan que, bajo el brazo dicen algunos que vienen los niños, sino que se van conquistando a lo largo de la vida.

Y todas estas acciones requieren de la publicidad que la mayoría de las veces no se posee; que  esto quizás no lo cambia todo, pero al menos enciende una luz para que no sigamos a oscuras en la ignorancia.

A mí eso de que me feliciten por ser mujer… pues tampoco es que yo me haya esforzado mucho en ello, ni creo que sea un mérito eso de tener un cromosoma distinto al de los hombres.  Yo aprendí de un hombre, mi padre, a luchar por lo que quiero, a no conformarme con menos de lo que merezco, a tomar conciencia que lo que uno avanza no se convierte en un triunfo si no se hace acompañado. Y es por ello que me gusta este fragmento de un texto que ha compartido Miguel Ángel Mesa: Felices las mujeres que tienen a su lado hombres que luchan con ellas contra el machismo, por la igualdad de derechos, que sienten y lloran ante sus sufrimientos y se alegran y festejan sus victorias con las sonrisas que iluminan su horizonte común, compartido.

Porque esto no es una guerra de unas contra otros, sino una conquista de todos, de una ternura humana, que moviéndose entre el cielo y la tierra, transformará el mundo.

Palmira Blanco

jueves, 3 de marzo de 2016

35 RAZONES, MILES DE MOTIVOS






Ante la multitud de regalos que he ido recibiendo, me animo a escribirte para agradecerte cada detalle.

1.       Gracias por los míos. A veces, cuando no me siento merecedora de tanto, creo que te equivocaste de destinatario; yo he tirado el recibo por si a alguien le da por reclamar algo…

2.       Por cada paso andado, incluso los dados en falso, que fortalecieron la musculatura de mis ganas.

3.       Por mis amigos, los de siempre, emperrados en seguir aquí, siendo nosotros.

4.       Por los que llegaron después y se mantienen con sus virtudes y mis defectos.

5.       Por cada persona que me hace creer en algo…en todo… y en que puede y debe ser mejor.

6.       Por aquellos que me recuerdan quien soy cuando nos quitamos las caretas.

7.       Por los que me piensan y sonríen.

8.       Por esos que son mi casa, mi hogar y mi descanso.

9.       Por aquellos que me hacen deshacer mis siempre y mis yo nunca.

10.   Por cada te quiero lleno de motivos.

11.   Por cada beso, los primeros de prueba, los siguientes de ensayo y los que saben a gloria.

12.   Por los abrazos donde encontrarme cuando ando perdida.

13.   Por todas las promesas cumplidas.

14.   Por la complicidad, que no necesita decir nada para contarlo todo.

15.   Por cada sonrisa sincera que llenó el vacío del corazón abandonado.

16.   Por la ternura, que entre algodones vino.

17.   Por los suspiros que me vaciaron pero limpiaron mi alma.

18.   Por aquellos regalos que no me llegaron porque hubo quien no quiso dármelos.

19.   Por cada perdón que quizás no merecí.

20.   Por los silencios que consiguieron dejarme sorda.

21.   Por la sordera ante el qué dirán.

22.   Por las instrucciones para volver a juntas las piezas cuando me rompí por dentro.

23.   Por esas mirada donde metimos todo un universo.

24.   Por cada pulso que me echaste, sobre todo por las veces en las que te pude.

25.   Por cada verdad que no necesitó de lazos ni papel de regalo.

26.   Por cada emoción que me invadió sin apenas pedir permiso.

27.   Por las historias que quisieron convivir conmigo.

28.   Por ese espejo en el que consigo mirarme a veces, cuando se me olvida mi propia imagen.

29.   Por el frio que me provoca pensar en los que se fueron, por el calor que me ofrecen los que se quedaron.

30.   Por la imprudencia que hizo que no me quedara con las ganas.

31.   Por las batallas que decidí no pelear, porque en ocasiones una retirada a tiempo es un triunfo mental.

32.   Por tantas preguntas que no encontraron respuestas correctas pero sí adecuadas.

33.   Por todas esas cosas que llenan mi vida cada día aunque no me dé cuenta.

34.   Por esas veces donde el corazón pudo más que la razón.

35.   Por el hoy, el aquí y el ahora…

En relación a los que me hicieron daño, espero que tengas el ticket regalo porque van de vuelta…

Ah, y por el Amor, ese que me acompaña siempre entre el cielo y la tierra, gracias, MUCHAS GRACIAS