martes, 15 de marzo de 2016

REALIDAD DESDIBUJADA







Bailaba el alma mía con ninfas desdibujadas cerca de un mar de plata que abandonaba a jirones su antigua brillantez. La diosa Inspiración se presentaba macabra para arrebatar los dulces sueños que todos desamos tener alguna vez y los temblores de conciencia nos despertaban en el silencio imposible de la noche.
A veces la vida no se corresponde con la realidad y pretendemos vivir en un palacio de cristal tan frágil que se desmorona con la fuerza débil de un simple suspiro. Mientras tanto, otros siguen intenando vendernos hechos y datos, buscando su propio interés, y creando una efímera realidad. Nosotros, aturdidos, cerramos tantas veces los ojos como si así pudieramos cerrar nuestra mente, ese motor de nuestras acciones que seguimos insistiendo en desvincular de los latidos de nuestro corazón.
Y la realidad se despertó en llantos entre fronteras, con sones de hinmos absurdos abanderados de colores sin patria; en rostros desdibujados como mis compañeras de baile; en inocentes criaturas que no saben adónde ir.
Y la realidad recorrió desiertos de basura de desarrollados paises; respiró gases de tóxicos perfumes; anduvo en bosques helados de naturaleza y nadó entre mares y océanos contaminados de cuerpos putrefactos.
Y la realidad punzó miradas, descalzó pies, quebrantó anhelos, arrancó gritos desesperanzados, formó miserables ejércitos e hizo llorar...

Y entre lágrimas, en la penumbra de las horas del amanecer, desperté de mi pesadilla y queriendo abrir los ojos, fui volviendo a la vana consciencia de esta vana realidad. 
La televisión, que había peramanecido encendida toda la noche, retransmitía un famoso reality la ciudad volvía a despertarse entre despertadores de sueños, de esos sueños hermosos que todos deseamos tener. Y en algún lugar no sé donde, entre el cielo y la tierra, seguía sonando una bella canción que me invitaba a seguir bailando con la más hermosa realidad. 

Juan Ruiz

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