domingo, 22 de mayo de 2016

INTENCIÓN DE VOTO



Imagino que cuando te preguntan a quien piensas votar no debes estar muy seguro de que tu respuesta sea la mejor , la más adecuada o las más acertada, como si de un examen se tratase. Y digo esto porque nadie debe ser muy sincero en las encuestas cuando los resultados de las mismas distan tanto de la realidad.  Ahí tenemos a Rivera e Iglesias, donde los resultados los dejaron a cientos de votos de la intención manifiesta, saliendo unos perdiendo frente a la victoria de otros.

Y lo mismo ocurre en las relaciones personales; mientras hay personas que “caen bien” de una manera pública, los hay con los que prefieres no relacionarte para no terminar siendo un paria. Sin embargo, cuando llega el momento de los votos y de la posición en la que cada uno se coloca, ahí, en la intimidad del cubículo, uno se decide a ser honesto. Esta semana pude escuchar una frase que señalaba una cuestión que no siempre parece una evidencia “la opinión que pensamos que los demás tienen de nosotros, no siempre es muy acertada” Y que gran verdad.

Si pudiéramos conocer la opinión que los demás tienen de nosotros no saldríamos de nuestro asombro en algunos casos. Quizás porque lo políticamente correcto nunca pasará de moda, porque preferimos decirle a los demás lo que desean escuchar, o porque para manejar un conflicto uno debe ser tan hábil como si intentases que las pelotas no se cayeran de tus manos. Y cuando una pelota cae, cuando las preferencias ya no lo son tanto, los deseos no son cumplidos, y cuando alguien decide ser quien realmente es, entonces es cuando uno se acerca a conocer que se dice cuando nadie escucha.

Y pasará la tormenta, volverán las sonrisas de pega, y los aquí no pasa nada, lo feliz que soy y lo bien que me has caído siempre. Pondremos de nuevo las pelotas en juego y haré publica nuevamente mi intención de voto. Los resultados manifestarán cada mentira, pero oye, pregúntale a los demás, porque yo siempre fui muy sincero

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